La luz natural nos es imprescindible porque todo el organismo funciona bien: nos permite fijar la vitamina D, mantiene a la vez el reloj biológico corporal, estimula la mente, induce al optimismo, nos hace sentir en contacto con el mundo... La luz artificial no tiene las mismas propiedades. Por todo esto, y para ahorrar electricidad, un primer consejo sería aprovechar al máximo la luz solar.
Cuando debemos usar luz artificial conviene que no sea insuficiente y que no nos deslumbre, ambas cosas nos perjudican la vista. Para realizar actividades visuales necesitaremos más, en cambio cuando queremos relajarnos o descansar querremos poca: en cada situación hemos de valorar cuánta luz necesitaremos.
Para tener una buena salud visual y general es tan importante la cantidad como el color de la luz.
Usemos bombillas de bajo consumo, excepto en lugares en qué se usa poco la bombilla o se apaga enseguida, o si necesitamos ver bien los colores.
empresas del sector: Ambilamp, Cofac, Empresa Nacional de Residuos Radiactivos, Joan Ordeix, Laes, Monsó y Benet, Philips, Siemens, Vitri;
centros académicos: Dpto. de Psicología Básica, Evolutiva y de la Educación de la Univ. Autónoma de Barcelona, Instituto Clínico de Oftalmología de la Univ. de Barcelona;
expertos: Edu Gálvez, fotógrafo;
administraciones: Comisión Nacional de Energía, Entidad Metropolitana del Medio Ambiente, Instituto Catalán de Energía, Instituto para la Diversificación y el Ahorro de la Energía;
organizaciones: Asociación de Naturalistas de Girona, Cel Fosc, Fundación Terra, Greenpeace, Illuminating Engineering Society of North America, Instituto Sindical de Trabajo, Ambiente y Salud.