Los efectos perjudiciales del sol los causan los rayos ultravioleta (UV), que llegan del sol junto con la luz visible y los rayos infrarrojos (que son los que calientan). Los hay de dos tipos:
Los rayos UVA penetran hasta las capas más internas de la piel. Son alérgenos y hacen envejecer la piel.
Los rayos UVB llegan sólo hasta la epidermis, la capa más externa de la piel. Son los que causan quemaduras y ampollas.
Hay un tercer tipo
de rayos UV, los UVC, que son altamente perjudiciales para la vida, pero prácticamente
no llegan a
Grandes dosis de rayos UV pueden originar que al cabo de unos cuantos años (entre 10 y 50) aparezca cáncer de piel, de párpados o de labios. Los rayos UV también debilitan el sistema inmunitario y causan cataratas y otras enfermedades de los ojos. Parte de los perjuicios causados por los rayos UV derivan del hecho de que generan radicales libres en la piel, unas toxinas que son desactivadas por las vitaminas A, C y E que tenemos en la piel, pero puede llegar un momento que estas vitaminas no sean suficientes.