La función principal del azúcar es endulzar. El gusto dulce nos gusta de modo innato, y lo apreciamos más o menos según lo golosos que seamos. En culturas muy diversas el gusto dulce se asocia con la confianza y el placer (y el amargo con rechazo y castigo), no en vano ingerir azúcar afecta al estado de ánimo: interviene, por ejemplo, en la secreción de serotonina, un neurotransmisor vinculado al placer y los biorritmos; no es de extrañar, pues, que tengamos antojo de alimentos dulces cuando nos sentimos tristes. Ahora bien, hay otras fuentes de dulzura, algunas no demasiado aconsejables. Conozcamos las distintas fuentes de dulzura.
Nutricionalmente, el azúcar tiene sobre todo calorías, es decir, energía. Las moléculas del azúcar están formadas solo por dos sacáridos (azúcares simples). De ahí que se digieran más deprisa que las de otros hidratos de carbono, como los cereales, que contienen cadenas más largas de sacáridos. Por eso su energía tarda menos en llegar a las células, y por eso al hacer un esfuerzo físico intenso y breve nos recupera antes el azúcar (o fruta, o zumos, o chocolate...) que comer un bocadillo o un plato de pasta. El azúcar moreno tiene cierta cantidad de otros nutrientes. Conozcamos las diferencies nutritivas que hay entre el azúcar blanco y el moreno.
El azúcar también se usa como conservante, por ejemplo, para hacer mermeladas o almíbares, porque muchos microbios no pueden sobrevivir en un medio dulce. La industria alimentaria también lo emplea para varias funciones.
Buscamos el azúcar por la dulzura o como fuente de energía rápida. Tiene calorías, y el ingerir más del que quemamos puede acarrearnos problemas de salud. Hay azúcares en muchos alimentos procesados.
Es fácil consumir mucho azúcar local: la mayor parte del azúcar blanco de nuestras tiendas se obtiene de remolacha de cultivo mediterráneo.
Hay bastante oferta de azúcar de caña (tropical) de Comercio Justo y, a menudo, de cultivo ecológico.
Centros académicos y expertos: Centre de Recerca en Seguretat i Control Alimentari, Elisabet Sarri (bioquímica), Facultad de Veterinaria de la Universidad Autónoma de Barcelona, Instituto de Estudios del Azúcar y la Remolacha, Mamen Cuéllar (Instituto de Sociología y Estudios Campesinos de la Universidad de Córdoba), Joan Margarit (dentista);
Administraciones: Departamento de Salud de la Generalitat de Catalunya, Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino, Comité de Agricultura Ecológica de la Comunidad de Madrid;
Revistas y periódicos: Diagonal, The Ecologist;
Organizaciones: Asociación de Investigación para la Mejora del Cultivo de la Remolacha Azucarera, Sello Fairtrade, Espacio por un Comercio Justo, Federación Andaluza de Entidades Cooperativas Agrarias, Greenpeace, Infoagro, Intermón Oxfam, Observatorio de la Deuda en la Globalización, Slow Food Paraguay, World Fair Trade Association, Xarxa de Consum Solidari.