Consumo conciente y transformador
No nos engañemos: la sociedad de consumo está resultando un fracaso. Nos proporciona (aunque no a todos, ni mucho menos) acceso a muchos bienes materiales -los necesitemos o no-, pero al mismo tiempo nos tiene sumergidos en una pesadilla de desaguisados ambientales, complejas estructuras socioeconómicas, deudas temerarias, enfermedades del cuerpo y de la mente, desigualdades sociales que no dejan de aumentar, vidas únicamente llenas de prisas y de obligaciones... y de objetos que no nos ayudan precisamente a encontrarle sentido a todo ello.
El consumo consciente y transformador propone quitarnos de encima estas pesadillas de una vez por todas. Nos invita a buscar otras maneras de vivir en que el consumo pierda protagonismo para cederlo al vivir con plenitud, a la solidaridad y a la sostenibilidad.
Se pregunta como satisfacer verdaderamente, a conciencia, nuestras necesidades y anhelos individuales y colectivos, en vez de preguntarse qué objetos consumir. Necesitar Internet y editor de textos no es lo mismo que necesitar el último grito en ordenadores. Si queremos limpieza, el primer y mejor paso es no ensuciar (menos trabajo, menos contaminantes, menos energía, más barato...) ¿Te gustaría leer esta novela? Cogerla de la biblioteca puede darte más gratificaciones. De qué tengo ganas, ¿de disfrutar de unas fiestas de barrio memorables o de participar en la subasta de un televisor plano en el centro comercial?
Quiere transformar nuestra cultura, desde los micro-hábitos cotidianos -en los que podemos descubrir satisfacciones en el acto, aquí y ahora. ¿Sabías que lavarse los dientes con mucha pasta puede dejarlas menos limpias? ¿Has probado a bajar (o subir...) por la escalera en vez de hacerlo en el ascensor? -hasta las prioridades sociales - ¿porqué el nivel de desarrollo se mide en dinero y no en bienestar)? ¿No es más inteligente necesitar menos electricidad que generar cada vez más? ¿Es más importante tener las carnicerías completamente llenas o parar el alud de campesinos hacia los suburbios de las grandes ciudades?
Puede sonar idealista. Pero hoy ya podemos plantear seriamente que no está claro si es más idealista quien sueña en un mundo más razonable o quien piensa que podemos seguir mucho más tiempo como hasta ahora. Ciertamente, si no compramos ordenadores, ni detergentes, ni pasta de dientes, ni electricidad, ni libros, ni..., tendrá que cambiar alguna cosa muy substantiva del tren al que estamos encaramados. Y en cambio, si seguimos comprándolos... ¿qué pasará con el tren?
Está claro que no cambiaremos el mundo solamente desde el consumo, a pesar de que para cambiar el mundo seguro que hará falta cambiar el consumo. El consumo consciente y transformador se suma a otras líneas de pensamiento y de acción que buscan transformaciones, desde ecologistas hasta cristianos de base, pasando por todos los satélites -académicos, activistas...- que orbitan alrededor del concepto de decrecimiento.
Y en la práctica, ¿en qué consiste el consumo consciente y transformador? Pues no hace falta descubrir la sopa de ajo, ni mucho menos. Las ideas y propuestas surgen del simple sentido común. El quid de la cuestión está en la voluntad de uno mismo en dos cosas: en tener ganas de ingeniártelas para obtener lo que necesitas o deseas haciendo servir el mínimo de recursos nuevos -con este pan seco y un poco de caldo haremos una sopita de película-, y el querer priorizar el bienestar del ser humano y del planeta -me encanta hacer una costillada con los amigos de vez en cuando, es buenísima y sé que detrás hay un ganadero de la comarca, unos corderos felices y sanos y la carnicera del pueblo-. Si vemos esto claro, lo demás viene rodado. Dados los niveles actuales de derroche, tenemos un campo muy amplio por delante para recorrer como nos apetezca, tanto en el día a día de cada uno como en el que nos es colectivo. Nuestros mejores guías serán el sentido común y el compartir experiencias y nuestras satisfacciones más placenteras serán los pequeños éxitos de cada día y el reencuentro con aspectos de nuestra naturaleza que la insolidaridad consumista nos adormece: ser capaces de hacer muchas cosas por nosotros mismos, ayudarnos, darnos tiempo para desarrollar nuestros anhelos y para vivir el afecto de las personas que amamos...
La intención de esta Web es ofrecer instrumentos e inspiración para esta aventura que empieza pues, con un cambio de chip... o ¡de bombilla!