Gestión racional de sustancias químicas

En el contexto actual, en el que los retos ambientales son cada vez mayores, el uso y la gestión inadecuados de los productos químicos representa un riesgo especial tanto para el medio ambiente como para la salud humana. En este aspecto, la contaminación causada por los productos químicos muchas veces es consecuencia de patrones de producción y consumo insostenibles tanto pasados como presentes. Por ejemplo, las prácticas de gestión irresponsables que se han llevado a cabo durante muchos años han tenido como resultado acumulaciones de productos químicos obsoletos, mientras que el actual uso insostenible de los productos químicos en los procesos de fabricación y en los productos implican una generación no intencionada de dioxinas y furanos y la existencia de residuos de pesticidas en los bienes destinados al consumo humano (por ejemplo, los productos alimenticios).

Más allá de las sustancias químicas, los llamados contaminantes orgánicos persistentes (COP) se identifican en el Protocolo sobre fuentes terrestres (Protocolo LBS) como sustancias prioritarias en el desarrollo y la implementación de programas nacionales de lucha contra la contaminación. La necesidad de abordar de inmediato la eliminación y la reducción de COP atañe a todos los países mediterráneos firmantes del Convenio de Estocolmo, el tratado internacional para la protección de la salud humana y el medio ambiente contra dichas sustancias.

De acuerdo con lo que se menciona más arriba, el cambio hacia el consumo y la producción sostenibles y la gestión de la contaminación procedente de los productos químicos son dos aspectos prioritarios para lograr el desarrollo sostenible en el Mediterráneo. Mientras que el CPS implica un enfoque integrado para desvincular el creciente desarrollo industrial y económico de la región de la contaminación ambiental y el consumo de recursos, la eliminación de los productos químicos y su gestión responsable constituye uno de los principales retos en la aplicación del CPS.

El trabajo del SCP/RAC, que desde el 2009 está reconocido como centro regional del Convenio de Estocolmo, se centra en ayudar a los países en vías de desarrollo y a los países signatarios de economías en transición a cumplir sus obligaciones según el Convenio, dotándoles de capacidad y transferencia de tecnología.

Además, el Centro también colabora con otros tratados y acuerdos multilaterales sobre medio ambiente para contribuir a una gestión racional de las sustancias químicas en el Mediterráneo, como el Convenio de Basilea sobre el control de los movimientos transfronterizos de residuos peligrosos y su eliminación.