Herramientas para el consumo y la producción sostenibles

El consumo y la producción sostenibles (CPS) es un aspecto clave en la forma de abordar el desarrollo sostenible en el Mediterráneo, puesto que no solo trata la cuestión de qué emisiones contaminantes y degradaciones del medio ambiente tienen lugar y dónde tienen lugar, sino también por qué se generan. El enfoque relacionado con el CPS implica: 1) analizar cómo los países mediterráneos producen y consumen bienes y servicios; 2) identificar cómo y por qué estos patrones de producción y consumo contribuyen a la degradación ambiental de los ecosistemas del Mediterráneo y la generación de riesgos ambientales y para la salud debido a la contaminación química, y 3) implementar los mecanismos técnicos, económicos y de información, así como los relacionados con el mercado y las políticas, para poder efectuar el cambio hacia el CPS.

Implementar el CPS implica llevar a cabo una serie de acciones en las que las medidas para minimizar los impactos asociados a la producción —por ejemplo, la producción más limpia, la eficiencia energética, la gestión responsable de los productos químicos, etc.— se combinan con la aplicación gradual de mecanismos, como la compra pública sostenible o los sistemas de ecoetiquetado, que integren criterios de sostenibilidad en la cadena de valor y en el ciclo consumidor-productor.

Con el fin de implicar al sector privado del Mediterráneo en el CPS, el Centro de Actividad Regional para el Consumo y la Producción Sostenibles(SCP/RAC) trabaja para desencadenar un cambio de actitud en las empresas e industrias mediterráneas, que deberían pasar de un enfoque reactivo a un enfoque proactivo en lo relativo a la gestión ambiental de productos químicos y residuos peligrosos, y para crear las condiciones que permitan a dicho sector avanzar hacia una competitividad verde. Para ello, es esencial dar prioridad a las mejores técnicas disponibles (MTD), las mejores prácticas ambientales (MPA) y la producción limpia (PL) como métodos para permitir a las industrias reducir las emisiones contaminantes e implementar una gestión responsable del agua, los materiales y los flujos de energía. Igualmente, es necesario que los gobiernos creen los marcos normativos e institucionales adecuados para permitir que las empresas adopten dichos mecanismos, y para animarlas a hacerlo.

Por otro lado, las acciones destinadas a la mejora técnica de los procesos de producción industriales deben acompañarse del establecimiento gradual de mecanismos que favorezcan condiciones comerciales que animen a las empresas a realizar la transición hacia el CPS y que aumenten la concienciación de los consumidores y su capacidad de elegir productos sostenibles. En esta línea, la introducción de sistemas de etiquetado ecológico tiene un papel fundamental para aumentar la visibilidad de las empresas respetuosas con el medio ambiente en el mercado y, al mismo tiempo, proporciona a los consumidores información fiable que les permite identificar los productos respetuosos con el medio ambiente. Del mismo modo, la incorporación del concepto de contratación pública sostenible por parte de las administraciones públicas se está convirtiendo en una herramienta fundamental para integrar aspectos sociales y ambientales en la gestión de la cadena de suministro de empresas y organizaciones.

Abordar el CPS es un valor añadido a la hora de promover nuevos patrones de comportamiento personal e institucional y prácticas y valores sociales y de producción innovadores, que permitan el desarrollo económico, la protección del medio ambiente y una distribución equitativa de la riqueza entre los países de la región. En este aspecto, el SCP/RAC y la sociedad civil del Mediterráneo desempeñan conjuntamente un papel clave, al reforzar la educación y el aumento de la concienciación sobre el CPS como factores clave importantes y útiles para facilitar los cambios necesarios en las actitudes, el comportamiento y el conocimiento. Sin, duda, este es el momento adecuado para actuar. En este sentido, hoy en día, después de entrar en el nuevo milenio, la gente está tomando cada vez más conciencia sobre su propia responsabilidad y capacidad para actuar contra la degradación ambiental a través de sus estilos de vida y sus elecciones de consumo. En pocos años, el medio ambiente ha dejado de ser un asunto propio de los sectores especializados a ser un tema transversal, que ha pasado a formar parte de las prioridades de los gobiernos, las empresas, los anuncios de televisión o los proyectos curriculares de las escuelas.